El Mundial avanza a la parte en que se definen los clasificados a octavos de final y los que vuelven pronto a casa. Los hinchas que vemos el torneo venimos disfrutando de este pero esta etapa nos deja también un sabor amargo.
La cantidad de goles y las sorpresas en los resultados nos han generado muchas emociones en los últimos días, casi todas positivas. Pero ahora entran las negativas, pues la grata impresión que ha generado Costa Rica con sus actuaciones y triunfos nos deja la consecuencia que este martes entre Uruguay e Italia habrá un equipo que hará maletas antes de lo pensado.
Resulta que a las 11 de la mañana veremos un partido digno de final de torneo pero en la que el ganador no
alzará ninguna copa, sino apenas pasará a octavos de final y el perdedor tendrá que catalogar su campaña como un fracaso por la temprana despedida. Tenemos que elegir si queremos seguir viendo a Luis Suárez o a Mario Balotelli. Tendremos que despedirnos en los Mundiales de Andrea Pirlo y Gianluigi Buffon o de Diego Lugano y Diego Forlán. Demasiado pronto.
Obviamente ambos equipos tienen la responsabilidad de haber llegado a esta jornada con todo por jugarse. Pero también está el sorteo, que pone en un mismo grupo a Italia, Uruguay, Costa Rica e Inglaterra y en otro a Bélgica, Rusia, Argelia y Corea del Sur. ¿En serio? Hemos tenido que despedir a Croacia y a Inglaterra pero vamos a seguir viendo a dos de esos cuatro, que si hubieran estado en otro grupo seguramente ya estarían fuera.
En unos días veremos empacar a Cristiano Ronaldo, que además de haber tenido la mala suerte de que Luis Figo no nació diez años después, le tocó un grupo durísimo con Alemania, Ghana y Estados Unidos. Mientras que selecciones como Francia y Argentina tuvieron un camino casi de rosas para pasar a octavos.
Las sorpresas han hecho vibrante este Mundial pero estas mismas sorpresas nos hacen llegar a un momento de despedidas que hubiéramos querido atrasar un poco más. Sabemos que se vaya quien se vaya la fiesta sigue y no se detiene ni por el último campeón, ni por el Balón de Oro, pero queda ese sabor amargo de un adiós que bien pudo tardar un poco más.
Rossana Salazar
@rossanasp
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