Los dirigidos por Martino cayeron en la final de la Copa del Rey ante Real Madrid y sellaron así una temporada en la que no solo se cometieron errores deportivos sino también institucionales.
Hoy se escribe una página más en la historia del Barcelona, pero no de triunfos, sino de lo contrario. El equipo culé no encuentra el rumbo y con una mínima posibilidad de obtener la liga se puede decir que la temporada para el equipo de Martino ha terminado.
A nivel futbolístico se habla de desgaste, de cuidado y mesura por parte de algunos jugadores de cara al mundial, además de agregarle las lesiones que han sufrido sus principales figuras.
Pero habría que trazar un paralelo. Hoy en día, el mundo se rinde ante el Atlético de Madrid, un equipo que en el papel tiene un plantel corto y sin riqueza individual en sus jugadores, pero que a pesar de sus limitaciones y de sufrir bajas importantes, como la de su máxima estrella, Radamel Falcao, ha demostrado que si se traza una ideología clara de lo que se quiere, no solo como equipo, sino también como club, se pueden conseguir cosas importantes.
Hoy los análisis abundan. La prensa española y mundial se pregunta del porqué de este rendimiento tan pobre del Barcelona, equipo que hace unas pocas temporadas practicaba un muy buen fútbol acompañado de títulos.
Una gran verdad que a su vez servirá como consejo es la siguiente: muchas personas admiran el juego, la filosofía del Barcelona como club, por ello muchos adhieren este rendimiento y la cantidad de títulos obtenidos, hacia los éxitos a nivel club. Lo cierto es que las decisiones dirigenciales en el cuadro catlán no han sido muy buenas desde hace muchos años. Barcelona no es el club modelo.
Todo comenzó con Joan Laporta, un presidente muy cuestionado a lo largo de su mandato por parte de los dirigentes, quienes lo dejaron prácticamente solo en 2008 al dimitir de sus cargos ochos de ellos. Luego siguió Sandro Rosell, ex vicepresidente de Laporta (2003 -05), a su llegada al club denunció irregularidades en la caja fuerte del club, proveniente del segundo mandato de Joan.
Lo cierto es que durante el mandato de Rosell llegarían las mayores equivocaciones dirigenciales. Desde su llegada se habló mucho de la incorporación de Qatar Foundation como patrocinador del club, tema por el cual se habló mucho de las cifras. Pero sin duda el punto de quiebre fueron las incorporaciones y salidas de muchos jugadores del club, desde la llegada de Fábregas, quien era una obsesión del club, hasta la cuestionada y poco valorada salida de David Villa, artífice del triunfo de la final de Champions en Wembley en 2011 anotando un gol.
Errores que no solo le costarían caro al rendimiento colectivo, ya que Fábregas o Alexis Sánchez han sido muy cuestionados por su nivel hasta el día de hoy, sino que también a la economía del club ya que se gastó mucho dinero en traer a estos jugadores. Por su parte, David Villa salió prácticamente gratis del club y por la puerta de atrás como le paso también a Eric Abidal.
Un caso aparte merece el tema Neymar, otra obsesión de los directivos. Este caso sería el detonante de la renuncia de Rosell como presidente del club. Desde las cifras hasta el rendimiento en el campo del brasileño hasta hoy siguen generando dudas, más aún cuando se habló y criticó en su momento al vecino rival, Real Madrid, por la contratación del galés Gareth Bale.
Hoy Rosell no está y los problemas siguen ya que el club Barcelona quedó inhabilitado para poder realizar fichajes de cara a la próxima temporada por un tema aún no esclarecido del todo. Temas relacionados a los traspasos e incorporaciones de fichajes menores de 18 años. Por su parte, un referente como Cruyff pide el regreso de Guardiola y Laporta para solucionar esta crisis. Lo cierto es que al técnico, Gerardo Martino, le quedan pocas horas y poco que jugar al frente del club, ya que Barcelona está fuera de toda competencia a excepción de la liga, en la cual aún tiene chances, pocas, cmo ya se dijo, de pelear.
Karl Aguirre
@KarL_Hac
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