Real Madrid se quedó con la Copa del Rey tras vencer por 2-1 en la final al Barcelona, en un partido en el que Ángel Di María y Gareth Bale fueron los héroes 'merengues', mientras que Lionel Messi destacó por su inoperancia.
En el último partido de Liga entre Real Madrid y Barcelona, los dirigidos por Carlo Ancelotti se vieron superados en el mediocampo. El italiano claramente tomó apunte de esta situación y con la ausencia de Cristiano Ronaldo por lesión, decidió poblar más la volante.
El Madrid para defender formó dos líneas de cuatro, con Di María-Alonso-Modric-Isco por delante de Carvajal-Pepe-Ramos-Coentrao, y adelante quedaban Bale y Benzema. Para atacar en cambio, Di María acompañaba por una de las bandas haciendo un tridente de ataque y por detrás de ellos quedaba Isco. El argentino fue el más destacado del partido, apareciendo tanto en las situaciones de ataque como de defensa con el trajín que se le conoce. El mediocampo del Madrid le ganó la pulseada al del Barcelona, que dejó en muchas ocasiones desprotegido a Busquets.
Isco también cumplió con su trabajo, un jugador más acostumbrado a crear que a marcar, se comprometió con lo que le mandaron y en él inicia el primer gol, que arrancó con su quite a Dani Alves. El exMálaga bajó un poco el nivel en el segundo tiempo, pero no dejó de trabajar para el equipo.
El Madrid controló el partido casi de principio a fin porque el Barcelona tenía la pelota pero lo hacía donde los blancos querían, lejos de Iker Casillas, que en el primer tiempo apenas vio pasar un remate desviado de Messi, en lo que fue su única intervención de cara al gol. Se ha dicho varias veces que el equipo 'merengue' no necesita tener una posesión larga para generar peligro y el primer gol fue la prueba de eso. Isco robó, se acomodó y cedió para Bale, que en primera tocó para Benzema y el francés otra vez a un toque se la dio a Di María y el argentino definió cruzado ante el portero Pinto, que tal vez pudo poner mayor resistencia.
En el segundo tiempo el Madrid generó más ocasiones con contragolpes que no tenían final feliz porque usualmente se apresuraron al momento de decidir en el último pase. La diferencia era corta y la jerarquía de los jugadores del Barcelona hacía pensar que el 1-0 no sería el resultado final. El empate llegó aunque fue de la forma más inesperada. Tras un tiro de esquina Bartra venció a Casillas con un soberbio cabezazo que puso la igualdad.
Tras ese tanto el Barcelona se creció, había recibido un envión anímico y el Madrid entró en minutos de confusión, las piernas ya no respondían igual y las ocasiones perdidas seguro estaban en la mente. Hasta que llegó esa galopada de Bale, que no había recibido bien la pelota a lo largo del encuentro y en ese momento decidió ir solo. El galés emprendió carrera desde su propio campo y no pudo ser detenido por Bartra ante la atónita mirada de Gerardo Martino, quien desde el costado gritaba desesperado porque veía en lo que podía terminar la jugada. A cinco minutos del final, el jugador de los 100 millones le dio el título del Real Madrid.
Si Bale hubiera costado la mitad seguro su temporada, antes del miércoles, se habría considerada como muy buena. Con 19 goles anotados y 16 asistencias, el jugador ha tenido muchas intervenciones favorables pero se le seguía pidiendo más, en especial que aparezca en esta clase de partidos y sobre todo que sea capaz de asumir el rol que Cristiano Ronaldo no iba a poder cumplir en esta final. El británico respondió.
Que este no es el Barcelona de hace tres años es una obviedad, tampoco es ni por asomo el equipo que hace un año ganó la Liga española. Un equipo que ya en esa etapa no ofrecía su mejor versión pero tenía a Messi como salvador. El argentino ha vivido una semana tan para el olvido que muchos se preguntarán si jugó en los últimos tres partidos de su equipo. Neymar, el refuerzo que finalmente costó casi lo mismo que Bale, también pasó desapercibido y encima erró el empate en el último instante. A pesar que el brasileño se ha mostrado en un nivel inferior a Alexis o Pedro, ha seguido estando por encima en la consideración de Martino.
No se le puede echar la culpa de todo a Martino pero el argentino tampoco está libre de responsabilidad. Finalmente el que toma las decisiones del equipo que debe ingresar a la cancha es él, el que decide los cambios es él y el que debió exigir refuerzos en puestos como la defensa y el arco, también es él. Es cierto, Martino llegó con la pretemporada empezada por lo ocurrido con Tito Vilanova, pero el mercado de pases se volvió a abrir en enero y nadie llegó.
En una semana, el Barcelona fue eliminado de la Champions, perdió un partido de Liga que lo dejó relegado y cayó en la final de la Copa del Rey. Sufrió derrotas ante un Atlético Madrid sin Diego Costa y un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo. Se habla de un "fin de ciclo" en el equipo catalán. Para mí el ciclo acabó cuando se fue Guardiola. Sí, el Barcelona ha podido ganar más títulos desde que se fue Pep, pero ya no dominó como en esa época.
El Real Madrid fue superior aunque no contundente y le pudo costar ante un rival venido a menos pero que no había perdido su competitividad y por eso llegó al empate cuando no se veía la vía para conseguirlo. Con el triunfo final, los de Ancelotti saldaron una deuda en la temporada pues no habían podido con el Barcelona en la Liga y esta vez sí aprovecharon su mejor nivel, algo que no hicieron en el Bernabéu hace menos de un mes.
Este triunfo puede servir además como impulso para el Real Madrid, que tiene próximos los duelos ante el Bayern Múnich en Champions League. Los blancos fueron justos vencedores de la Copa del Rey y ahora les toca disfrutarlo.
Rossana Salazar
@rossanasp
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