viernes, 25 de abril de 2014

No hay tiempo para esperar


Este 22 de abril el Manchester United anunció la destitución de David Moyes como técnico. El escocés se despide del club sin haber podido completar al menos una temporada debido a los malos resultados.

Séptimo en la Premier League, eliminado en tercera ronda de la Copa FA, afuera en semifinales ante el Sunderland de la Copa de la liga inglesa y vencido en cuartos de la Champions ante el Bayern Múnich. Los números claramente no estaban del lado de Moyes, quien llegó al club esta temporada para reemplazar a Sir Alex Ferguson, que se retiró hace poco menos de un año.

"Me gustaría recordarles que hemos pasado malos momentos aquí. El club me respaldó, mi staff me respaldó, los jugadores me respaldaron. Así que su trabajo ahora es respaldar al nuevo técnico. Esto es importante". Estas fueron las palabras de Ferguson la última vez que se dirigió al público de Old Trafford, en lo que fue el último partido como local del Manchester la temporada anterior, en la que ya se había consagrado campeón.

¿Recibió Moyes ese respaldo que pedía Ferguson? Claramente no. El extécnico del Manchester apuntaba en ese discurso que no todo había sido felicidad en su etapa y tiene razón. Ferguson llegó al Manchester un 5 de noviembre de 1986 y en su primera campaña en la liga inglesa acabó undécimo. Su primer título fue la Copa FA en 1990, la Premier no llegó hasta 1993. Se tomó su tiempo, porque, claro, se lo dieron. Otras épocas, en las que la inmediatez no era precisamente la primera exigencia.

Es claro que las circunstancias no son las mismas. Ferguson, a diferencia de Moyes, no recibió un equipo campeón. Ahora, este equipo campeón no era excelente, lejos estaba de los mejores cuadros de Ferguson pero tampoco era mediocre, y eso es lo que mostraron ser esta temporada. El técnico que reemplazara a una leyenda como Ferguson no la iba a tener nada fácil pero tal vez Moyes no esperó jamás que fuera tan complicado. Hace diez meses recibió el trabajo soñado para un profesional, al poco tiempo se convirtió en el receptor de chistes que poco hubieran importado si recibía respaldo, pero no fue así.

Los errores de Moyes empezaron desde la pretemporada. En la etapa de contrataciones, en el Manchester se habló de Thiago Alcantara, Cesc Fábregas, Leighton Baines, Fabio Coentrao, Mesut Özil, entre otros, pero solo llegó Fellaini y ya en enero Mata. Esto no es solo culpa del técnico pero cuesta creer que algo así hubiera ocurrido con Ferguson en el club. Un año antes el escocés había conseguido fichar a Robin van Persie, imponiéndose en la puja al Manchester City porque personalmente se encargó de hablar con el holandés. El United apenas se reforzó y lo sufrió pues encontraría mejores planteles en sus rivales, como Chelsea y City, además de un equipo más consolidado como el Liverpool, el siempre presente en el 'top 4' Arsenal y un sorprendente Everton. Además no podemos hablar de un equipo formado por Moyes, fue el que heredó y por supuesto ya no tendrá oportunidad de construir el suyo.

Cuesta creer que el técnico haya tenido el respado de su plantilla. Se filtraron a la prensa las molestias de jugadores como Van Persie o Rio Ferdinand, aunque sí pareció contar con el apoyo de Wayne Rooney. Vale recordar que el delantero inglés no acabó en buenos términos con Ferguson y quiso irse del club. Moyes manejó la situación y el atacante terminó renovando, uno de sus pocos aciertos considerando que en su etapa en el Everton había tenido enfrentamientos con Wayne.

Sus planteamientos tampoco convencieron. En muchos partidos en los que el United se encontró con el marcador en contra no atinaban a otra cosa más que lanzar centros y más centros, no apareció ni la famosa 'mística' para remontar partidos. La llave superada contra el Olympiacos en los octavos de final de la Champions League fue la única alegría pero la no clasificación al torneo continental para la próxima temporada fue suficiente para los dueños. El respaldo del club terminó ahí.

Ferguson hizo del Manchester United un club ganador y poderoso. Paradójicamente, este club ganador no esperaría a Ferguson esos cuatro años que tardó en ganar un título. Los resultados mandan pero no a la larga, sino de manera inmediata. Moyes estuvo once años en el Everton y nunca ganó un título, el Manchester no está dispuesto a esperar dos. Así termina la etapa de Moyes en uno de los clubes más grandes del mundo, en fracaso, porque no hay tiempo para cambiar el rumbo.

Rossana Salazar
@rossanasp

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