viernes, 4 de abril de 2014

Los Vampiros están al acecho

 
Para los que saben y no saben de tenis, el antidoping en este deporte es un tema poco conocido pero, eso sí, siempre se han oído las quejas de los jugadores por la forma en que se realizan los controles a los que son sometidos y la poca confianza que tienen en el sistema.
 
Al parecer poco o nada le importa lo que opinen los tenistas a la Federación internacional de tenis, que en un intento de luchar contra un problema que va en aumento desde hace algunos años. Ha ingresado el pasaporte biológico,  un documento en el que se destacan los resultados de análisis de sangre y orina de los jugadores para crear un perfil. Con esta medida, se podrá ver posibles cambios en los parámetros sanguíneos durante su carrera. En consecuencia, los vampiros se fueron de caza, los test antidoping a domicilio aumentaron un 700% y un 300% durante los torneos en el 2013.
 
Según los datos oficiales, la temporada pasada se realizaron 449 controles sanguíneos fuera de la competición (226 a hombres y 223 a mujeres), a comparación de los 63 del año anterior (34 y 29) y otras 364 pruebas de sangre en los torneos (218 y 146) por las 124 de 2012 (81 y 43). Además, en 2013 se controló a los jugadores más que nunca en los últimos cinco años: 2752 controles entre (1545 en el circuito ATP y 1207 en WTA).
 
Para Roger Federer, esto es un gran avance: “Es un paso en la dirección correcta. Los tramposos se lo van a pensar dos veces ahora”, pero para muchos no es así, pues parece que este nuevo sistema está reservado para algunos.
 
Aunque la gran mayoría de jugadores siempre ha declarado que ellos son los más interesados en que el tenis sea un deporte limpio, lo que no les gusta es el gran control que ejerce el sistema ADAMS sobre sus vidas y lo injusto que les parece que solo los  50 primeros puestos del ranking ATP y WTA, 10 de dobles y 5 de sillas de ruedas, deban estar localizados los 365 días del año durante una hora del día para un posible test antidoping. Si el tenista se moviliza, debe notificarlo mediante un correo electrónico y esperar por la respuesta de confirmación.
 
Entonces, ¿Qué tan justo es que el  número  17 del ranking tenga que dar informes sobre cada lugar al que va y reservar una hora de su día para un control, mientras que el 51 pueda disfrutar de su libertad sin necesidad de dar explicaciones  a ningún ente de la ITF? ¿Bajo qué criterio se limita la cantidad de tenistas incluidos en el sistema ADAMS?
 
Rafael Nadal, quien sugirió que todos los controles sean públicos  para evitar controversias, manifestó sus molestias y soltó lo siguiente: "Creo que se pueden hacer todos los controles pero de manera más racional y humana. Yo quiero un deporte limpio, pero de ahí a esto, hay una distancia enorme. Que tengas que estar localizable las 24 horas para ser deportista es de locos".
 
Novak Djokovic  fue más tajante al respecto y para él sistema antidopaje simplemente no funciona. “Ya no confío en ellos. No sé si mañana el agente, el representante  de la WADA (World Anti-Doping Agency) en el torneo, por culpa de su falta de profesionalidad, por culpa de su negligencia, por culpa de su incapacidad para explicar las reglas de forma correcta, vayan a perder el análisis que me haga o algo peor que eso.”
 
Aunque ITF anunció en el Australian Open que el pasaporte biológico se implementaría completamente en septiembre de este año, el circuito mira con recelo esta nueva herramienta que para ellos, es poco efectiva.
 
Claro está que los jugadores, hombres y mujeres, quieren que el deporte blanco se mantenga así y que puedan tener la certeza que su rival está tan limpio como ellos, pero las medidas que ha tomado la ITF están afectando las vidas personales de los jugadores. Los que disfrutamos del tenis solo esperamos que este exceso de control no afecte el rendimiento de los tenistas, los verdaderos protagonistas de este deporte.

Paula Alvarado
@PauAlvarado24

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