domingo, 23 de febrero de 2014

Aguanta la presión





En el Perú estamos observando la aplaudible intención de más de un equipo de querer imponer mayor vértigo al fútbol. Sin embargo, las transiciones deben ser llevadas de a pocos.

En el Perú solemos mirar el fútbol local de manera resignada por el trote simplón y exasperante de la mayoría de los equipos. Una dinámica casi inexistente que desembellece el espectáculo y que nos hace saber, más allá de que la ilusión inocente nos haga creer que “sí se puede”, que cada vez que vayamos a competir en los torneos internacionales no va a irnos bien. Una realidad hija de la insensata premisa que recitan de memoria todos los que “la conocen” y que dice más o menos así: “Solo corren los huev**es”.

Es la mentalidad de los habilidosos de nuestro fútbol, justamente los que pueden hacer la diferencia son los que prefieren jugar a la tortuga y que quedan en ridículo cada vez que juegan contra los de afuera porque nada les sale. O nada les dejan hacer justamente porque son más lentos que el poder judicial. Afortunadamente, algo de eso está cambiando porque algunos están refrescando nuestra pelotita a punta de intentar hacer un juego más veloz, caso de Cristal, Universitario, Aurich y Real Garcilaso, aunque en una medida diferente porque corre más cerca de su arco que del de enfrente.

Sin embargo, la mayoría de las veces, en estos casos, por tratar de imponer una velocidad de fuera de nuestras fronteras terminan fundiendo motor mucho antes de completar los noventa minutos. Les da resultados en el Descentralizado porque los rivales que encuentran siguen jugando en slow motion pero ni siquiera ante estos pueden sostener la velocidad de principio a fin de los partidos. Una prueba de ello es Universitario del año pasado que corría mucho hasta los sesenta o setenta minutos y el resto del tiempo ponía a rezar a sus hinchas si es que no había cerrado el resultado para entonces. También le pasa ahora en la Copa Libertadores, pero ahí se queda sin gasolina mucho antes. ¿Otro caso? Ayer el Aurich avasalló a Alianza en Matute por media hora de puro fútbol de toques supersónicos, pero luego decayó en su dinámica y permitió que los blanquiazules que parecían perdidos al inicio hallaran el camino al empate y, con algo más de suerte, ganaban el partido.

Uno no puede hacer lo que quiere, si no lo que puede. Para jugar a ritmo extranjero hay que preparar a los jugadores para poder hacerlo. Habrá quienes puedan de una vez, pero la mayoría no está en condiciones de hacerlo y se ven equipos desproporcionados y expuestos a ser destrozados en los minutos finales de los partidos internacionales. La idea es buena y la propuesta, aplaudible. Es así como se debe correr, pero mientras se está en posición de hacerlo, debe elegirse una táctica adecuada a la realidad actual. Realidad que debe cambiarse mediante el trabajo físico, por supuesto.

De buenas intenciones está lleno el infierno y la buena intención de correr más puede terminar quemando a más de uno, ¿no?

Diego del Rosario
@ElPelotero6

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