jueves, 13 de febrero de 2014

No al racismo

 
En Perfil Alto estamos en contra del racismo y de la discriminación de cualquier tipo. Sin embargo, antes de acusar a alguien o a un grupo de acciones racistas, es preciso aclarar de qué se trata este tema.
 
Racismo: 
1. m. Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros. 
2. m. Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.

Estas son las definiciones de racismo de la Real Academia de la Lengua Española. No dejan espacio a la interpretación. El tema nuevamente está en boca de todos por lo ocurrido en Huancayo en el partido entre Real Garcilaso y Cruzeiro de Brasil. A Tinga, un jugador del equipo visitante, la tribuna le dirigió unas onomatopeyas de mono por su raza negra y a nivel internacional y local surgió la indignación por el maltrato al futbolista.

La exacerbación racial está, eso no se puede negar, pero no cabe creer que se trata de una persecución o que se le considere inferior. Esto último sí representaría un problema social severo pero la mención al color de piel, en este caso en particular, ni pretende ni debería conseguir ser considerada una discriminación. Es claro que lo que se trata de lograr es desconcentrar al rival para ganar el partido y, acaso, simplemente reírse en la tribuna. Una broma o motivo de risa bastante pobre, pero no se puede pedir más a un pueblo tan escaso de cultura y otros postres como el nuestro. 

Discriminación sería si a un futbolista por su color (o religión, o estado civil, o nacionalidad, o preferencia sexual o tantos etcéteras) le pagaran un sueldo menor, si no lo dejaran ser titular, si lo sentaran atrás en el bus, o similares. No es el caso por lo tanto no existe discriminación.

Un deportista debe demostrar clase no solo para hacer derroche de habilidades físicas sino también emocionales. No puede ser que a un jugador negro lo saque del partido que se lo recuerden de la tribuna, por más burlona que sea la forma en que se haga. Del mismo modo que un jugador que fue engañado por su mujer al que le gritan “cachudo” no puede sino hacerse el sordo, igual debería hacer un jugador de color. ¿O usted cree que el que acaba de ser víctima de una infidelidad no se siente mal de que miles de desconocidos se rían de él, en su cara, en simultáneo mientras trata de hacer su trabajo?

Igualmente habrá quien se resienta porque le dicen “chileno” o “malo de m…” o “retírate por viejo” o “parrillero”. Un gordo puede ser susceptible de que se lo digan y también hay chatos a los que no les gusta que les digan ni “chato” ni “enano”. Son características físicas, otras emocionales, otras de nacionalidad y nadie puede medir qué tan ofensivo resulta más que el receptor del insulto o del agravio. ¿O usted se siente con derecho de decirle a un chato que no puede picarse porque le dicen chato? ¿Es usted para decirle, si fuera el caso, a Sergio Ibarra de que no se moleste porque le dicen “Viejo”? ¿Con qué derecho le grito “cachudo” a Ronaldo pero reclamo porque le hacen “el mono” a Luis Guadalupe? A Montaño le puedo decir “potón” pero no “negro”, ¿qué tal si el colombiano tuviera trastornos sicológicos por su exceso de peso? No es el caso, de hecho está clarísimo que a él le resbala, pero podría ser el caso y quién tiene derecho que por eso “no vale picarse”.

Todos son insultos, todas son humillaciones. Desde mi punto de vista, si mi mujer me engañara, preferiría que la tribuna me diga “negro” y no que se burlen porque me sacaron la vuelta. Cada uno escoge lo que le moslesta. Obviamente, un deportista PROFESIONAL, no puede permitir que la lo que le griten de las gradas lo distraiga de su trabajo: jugar. Si vamos a cuidar a los negros de que les digan “negro”, entonces hay que prohibir absolutamente cualquier insulto, ofensa o humillación tribunera. Para que haya coherencia, ¿no cree? Cuando suceda eso, terminaremos de convertir en teatros a los recintos deportivos.

De un tiempo a esta parte a cualquier cosa le llaman racismo o bullying. Nos hemos vuelto una sociedad muy quejona. Aquí queremos que no haya discriminaciones de ningún tipo en el mundo, pero que la gente no lloriquee por una simple joda de estadio. O si no vaya dígale a Cristiano Ronaldo que se salga de la cancha cada vez que fuera del Bernabeu le gritan “muérete, PORTUGUÉS”.
 
Diego del Rosario
@ElPelotero6

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