miércoles, 19 de febrero de 2014

Ciudadano asustado

 
Dime a quién te enfrentas y te diré quién eres. Antes del partido entre Manchester City y Barcelona todos describíamos al equipo de Manuel Pellegrini como estético, con un juego muy ofensivo. Los más de 100 goles anotados en lo que va de la temporada respaldaban esa afirmación, al igual que sus goleadas sobre equipos como el Arsenal o el Manchester United. Pero esta percepción puede haberse modificado tras el duelo ante los catalanes.
 
El único cambio que presentó el City en el once titular fue la inclusión de Kolarov en lugar de Jovetic o Nasri. Aunque es apenas una variante, es significativa porque el serbio tiene más vocación defensiva que los otros mencionados.
 
El cambio se puede entender, lo que es más complicado es tratar de explicar por qué el City decidió desperdiciar su demostrado potencial ofensivo para cederle todo el control del partido a un Barcelona, que aunque sigue siendo un gran equipo no es el mismo que hace un par de años y no ha mostrado mayor razón para tenerle miedo. Los de Pellegrini tenían los argumentos para hacerle pelea, no son el Rayo Vallecano o el Getafe. Una cosa es defender bien y tratar de buscar ataques rápidos para anotar y otra es arrinconarte desde el primer minuto contra tu arco y simplemente rechazar todas las pelotas, sin siquiera intención de organizar una jugada.
 
Es cierto que con el correr de los minutos el City mejoró y pudo llegar con peligro sobre el arco de Víctor Valdés. Yaya Touré mostró la visión que lo caracteriza para con pases largos habilitar a David Silva y Álvaro Negredo. El City había sobrevidido a esa primera media hora de dominio total del Barcelona porque este había sido totalmente infructífero. Los catalanes no solo no habían anotado, sino que entre tanto toque y toque de pelota se olvidaron que el fútbol se sigue jugando hacia adelante y no hacia los costados.
 
Pero el City no fue valiente, tuvo miedo, se sintió siempre inferior, se olvidó de todo lo bueno que hizo a lo largo de la temporada y se paró como los equipos que usualmente lo visitan en el Etihad Stadium. En el segundo tiempo se quedó con diez hombres y el marcador en contra. Si con once jugadores no hubo intención, no había esperanzas tras la expulsión a Demichelis, a pesar de los ingresos de Nasri y Dzeko, que no trascendieron.
 
Barcelona, que se puso arriba con tanto de penal de Messi, anotó una vez más sobre el final por medio de Alves y se llevó el 2-0 a favor. La jugada que terminó en el penal además dejó al City sintiéndose aún más víctima. Lo que se preveía como un duelo parejo, de poder a poder, no le fue porque uno decidió no ejercer el suyo.
 
Si el Barcelona tiene casi asegurado su pase a cuartos de final, el PSG tiene sellado el pasaporte. Con un Zlatan Ibrahimovic que hace una exhibición en cada partido que juega y que se lució con un gran gol desde fuera del área, aparte del que anotó de penal, los franceses se impusieron 4-0 en Alemania ante el Bayer Leverkusen y ya no se perfilan como animadores, sino como candidatos.
 
Rossana Salazar
@rossanasp

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