Universitario fue un Yin Yang de emociones en su quinto partido por Copa Libertadores. Marcó no gol sino goles, sumó en el torneo continental, se dejó empatar al final y extendió su racha sin ganar en el año. Ante The Strongest, perdió dos puntos, ganó uno y es el consuelo que le queda.
¿Jugó mal la ‘U’? No… quizás solo al final. ¿Alegró la ‘U’? Sí… salvo al final. ¿Satisfizo la ‘U’? Decididamente no, el partido hacía sudar a los hinchas en la previa y a los jugadores, más de la cuenta, en los primeros minutos, pero el triunfo estuvo ahí, al alcance de la mano y se escapó la tortuga. ¿Es para matar a la ‘U’? No, se obtuvo el objetivo que se debió replantear el equipo luego de cuatro partidos perdidos de manera consecutiva; un objetivo humilde, evidentemente alejado de los deseos cremas, pero al menos se logró sumar con ello no se cayó en lo que cualquier hincha de Universitario hubiera entendido como la más baja vergüenza deportiva de su historia: no sumar punto alguno en la Copa Libertadores.
En este partido que significó el regreso de José del Solar a la dirección técnica del club merengue tal vez el análisis táctico no importe tanto. Si el sistema elegido fue parecido o igual al que usaba su predecesor puede ser llevado a un segundo plano. Ocurre que este partido era más de corazón que de pizarra, más de sacar la histórica garra que de pensar en el 4-2-3-1 o el 4-4-2. La ‘U’ debía jugar con todo, con los hinchas de su lado y con los jugadores bien metidos en el objetivo. La tribuna se portó bien, más de diez mil seguidores es una cifra que sin duda superó las expectativas ante tan pobre campaña realizada. El corazón de los jugadores latió para llevar sangre al cuerpo, aunque, dicho sea lo cierto, no tanta a los sesos porque el once anduvo nublado en los primeros y en los últimos minutos del partido. Ya está, se salvaron los muebles y ahora sí a mirar adelante.
Que la ‘U’ haya estado muy cerca de ganar, no significa que el plantel haya querido voltearse a Comizzo. No hay un buen funcionamiento, a pesar de los goles logrados, los desbalances defensivos siguen ahí y será trabajo del Chemo de ahora en más poder mejorar este tema. Ya tendrá tiempo de encontrar un sistema idóneo para este enfermo que lucha por levantarse. Los signos vitales están ahí, claros; es cosa de ver en qué momento se le da de alta. Un par de partidos ganados y listos, pero antes del segundo debe ganarse el primero. Es el nuevo objetivo de inmediato plazo porque va a ser muy triste llegar a abril sin saber los que es sumar de a tres.
Ya antes se analizó con qué cuenta Universitario. Con los jugadores que tiene puede usar este sistema, con los titulares de la noche frente a los bolivianos, o mutar a un 4-cuadrado-2 en el que la responsabilidad de terminar las jugadas sea más de Cris Martínez que de Ruidíaz. Al fin y al cabo, para eso trajeron al paraguayo y se nota que no quiere estafar. Puede dársele la oportunidad de probar su valía.
Eso de aquí en más, por ahora a conformarse con el mísero punto logrado (antes Vélez seguro no se podrá sumar) pero que al menos deja el orgullo crema intacto (?)
¿Jugó mal la ‘U’? No… quizás solo al final. ¿Alegró la ‘U’? Sí… salvo al final. ¿Satisfizo la ‘U’? Decididamente no, el partido hacía sudar a los hinchas en la previa y a los jugadores, más de la cuenta, en los primeros minutos, pero el triunfo estuvo ahí, al alcance de la mano y se escapó la tortuga. ¿Es para matar a la ‘U’? No, se obtuvo el objetivo que se debió replantear el equipo luego de cuatro partidos perdidos de manera consecutiva; un objetivo humilde, evidentemente alejado de los deseos cremas, pero al menos se logró sumar con ello no se cayó en lo que cualquier hincha de Universitario hubiera entendido como la más baja vergüenza deportiva de su historia: no sumar punto alguno en la Copa Libertadores.
En este partido que significó el regreso de José del Solar a la dirección técnica del club merengue tal vez el análisis táctico no importe tanto. Si el sistema elegido fue parecido o igual al que usaba su predecesor puede ser llevado a un segundo plano. Ocurre que este partido era más de corazón que de pizarra, más de sacar la histórica garra que de pensar en el 4-2-3-1 o el 4-4-2. La ‘U’ debía jugar con todo, con los hinchas de su lado y con los jugadores bien metidos en el objetivo. La tribuna se portó bien, más de diez mil seguidores es una cifra que sin duda superó las expectativas ante tan pobre campaña realizada. El corazón de los jugadores latió para llevar sangre al cuerpo, aunque, dicho sea lo cierto, no tanta a los sesos porque el once anduvo nublado en los primeros y en los últimos minutos del partido. Ya está, se salvaron los muebles y ahora sí a mirar adelante.
Que la ‘U’ haya estado muy cerca de ganar, no significa que el plantel haya querido voltearse a Comizzo. No hay un buen funcionamiento, a pesar de los goles logrados, los desbalances defensivos siguen ahí y será trabajo del Chemo de ahora en más poder mejorar este tema. Ya tendrá tiempo de encontrar un sistema idóneo para este enfermo que lucha por levantarse. Los signos vitales están ahí, claros; es cosa de ver en qué momento se le da de alta. Un par de partidos ganados y listos, pero antes del segundo debe ganarse el primero. Es el nuevo objetivo de inmediato plazo porque va a ser muy triste llegar a abril sin saber los que es sumar de a tres.
Ya antes se analizó con qué cuenta Universitario. Con los jugadores que tiene puede usar este sistema, con los titulares de la noche frente a los bolivianos, o mutar a un 4-cuadrado-2 en el que la responsabilidad de terminar las jugadas sea más de Cris Martínez que de Ruidíaz. Al fin y al cabo, para eso trajeron al paraguayo y se nota que no quiere estafar. Puede dársele la oportunidad de probar su valía.
Eso de aquí en más, por ahora a conformarse con el mísero punto logrado (antes Vélez seguro no se podrá sumar) pero que al menos deja el orgullo crema intacto (?)
Diego del Rosario
@ElPelotero6
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