En los últimos días se habla mucho sobre un tema que pasó hace 80 años: El campeonato de 1934. Oficialmente es de Universitario, Alianza Lima lo reclama para sí con sólidos argumentos. ¿Qué pasará? Nadie lo sabe. ¿Qué se puede hacer? Pensemos…
Si usted es uno de los flojos que aún no lee la historia completa, trataré de contársela rápido en pocas líneas. En 1934 se definían tres campeones: el de Reservas, el de Primeros Equipos y el Absoluto. Este último era el campeón nacional y salía de la suma de los puntos del Primer Equipo más la cuarta parte de los puntos del equipo de Reserva. Era el sistema vigente desde 1931 y todos lo sabían. En la última fecha se enfrentaban Universitario y Alianza Lima, líder y escolta respectivamente tanto en Primeros Equipos como en Reservas. La única combinación de resultados que haría que Alianza saliera campeón en lugar de la ‘U’ era que los victorianos ganaran ambos partidos; de esa manera iba a darse igualdad de puntos en Primeros Equipos entre los compadres pero los blanquiazules lo superarían en el torneo de Reservas. Esto finalmente sucedió y la tabla acumulada dejó a Alianza Lima con 26.75 puntos y a Universitario con 26.50. Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Alianza Lima y Universitario; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. Oleado y sacramentado en boletines oficiales de la Liga de aquel entonces. Hasta ahí no cabía duda alguna.
Universitario reclamó por considerar injusto que el campeón nacional se definiera dando una ponderación tan alta al torneo de reservas y pidió que se juegue un partido para definir al campeón de Primeros Equipos, cosa que Alianza aceptó, según se entiende, por una cuestión de recaudación de taquilla. Ya corría 1935, e inicialmente el partido no se jugó en la fecha establecida porque ambos equipos tenían a sus figuras de gira y lo oficial pasó a ser Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Desierto; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. En una fecha posterior, ya en julio de aquel año, el partido finalmente se jugó, lo ganaron los cremas por 2-1 y lo oficial se cambió a la siguiente forma Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Universitario; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. Así se entendió entonces y por varios años hasta que en algún punto de la historia entre los años sesenta y setenta la prensa empezó a referirse a Universitario como campeón del 34, nadie reclamó y tanto es así que se asumió a los merengues campeones de dicho año que la FPF en su libro por sus 75 años oficializó el título de Universitario de 1934. Nadie reclamó entonces y hasta estos días en que el tema colorea las discusiones futboleras. Les cuento la historia lo más breve posible pero si quieren el detalle, lo pueden ver en diferentes webs como Dechalaca o Pase de Desprecio.
¿Qué reclama Alianza?
Alianza Lima reclama que se le reponga el título que le fue despojado. Efectivamente Alianza era el Campeón Nacional reconocido por la Liga y por un motivo inexplicable de pronto dejó de serlo en favor de Universitario. ¿Es justo? Parece que sí. Sin embargo, hay un tema que no se está considerando y es la indefinición que existe entorno de la retroactividad del campeonato que se disputó en ese partido extra en julio de 1935.
Alianza aceptó jugar ese partido extra tras el reclamo de Universitario para definir el Torneo de Primeros Equipos y finalmente lo perdió. Nunca se dijo que afectaba el Torneo Absoluto pero tampoco se especificó que no lo afectaba. Si las bases indicaban que el Absoluto se definía con la suma de los puntos de los Primeros Equipos, y luego de ese partido extra, ¿no le correspondería a Universitario sumar, finalmente, los puntos de dicho encuentro en el cómputo final del Absoluto? Es una pregunta suelta que los abogados podrían responder con asideros legales.
Diplomacia, señores
Se debe ser excesivamente cuidadoso para definir el tema. Sinceramente, no quisiera estar en los zapatos de quienes deben definir un caso que ocurrió hace ochenta años, mucho antes de que nacieran los jueces de la FPF que hoy se encuentran con este regalito de finales de verano. Tampoco aparece malo (por más que le llovieran la críticas) el esquive reciente de Manuel Burga ante el cuestionamiento; imagínese usted, lector, qué hubiera respondido si lo atolondran con este caso que no estaba en su agenda. No es nada sencillo y si toma parte por uno u otro antes de que se analice a profundidad, la patinada y posterior descalabro eran casi garantizados.
Los dos equipos tienen de dónde agarrarse y hay argumentos fuertes de ambas partes. Cualquiera sea la decisión que se tome dejará a uno con los crespos hechos y le dará qué hablar contra la Federación y sus actuales dirigentes que nada tuvieron que ver con la aparición del embrollo. No es por hacer la de Pilatos, pero declarar campeones a ambos podría ser una opción viable. Si había en aquel entonces un doble campeón de Primeros Equipos, ¿por qué no podía haber un doble campeón Absoluto? La figura se hace una opción a considerar porque los dos parecen tener razón y porque hay vacíos en las bases y acuerdos de entonces. De paso que se evitan posibles reacciones violentas, la U sigue buscando su estrella 27 y Alianza podrá jactarse de ser el único tetracampeón. ¿Qué tal? ¿No? #DigoNoMás
Si usted es uno de los flojos que aún no lee la historia completa, trataré de contársela rápido en pocas líneas. En 1934 se definían tres campeones: el de Reservas, el de Primeros Equipos y el Absoluto. Este último era el campeón nacional y salía de la suma de los puntos del Primer Equipo más la cuarta parte de los puntos del equipo de Reserva. Era el sistema vigente desde 1931 y todos lo sabían. En la última fecha se enfrentaban Universitario y Alianza Lima, líder y escolta respectivamente tanto en Primeros Equipos como en Reservas. La única combinación de resultados que haría que Alianza saliera campeón en lugar de la ‘U’ era que los victorianos ganaran ambos partidos; de esa manera iba a darse igualdad de puntos en Primeros Equipos entre los compadres pero los blanquiazules lo superarían en el torneo de Reservas. Esto finalmente sucedió y la tabla acumulada dejó a Alianza Lima con 26.75 puntos y a Universitario con 26.50. Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Alianza Lima y Universitario; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. Oleado y sacramentado en boletines oficiales de la Liga de aquel entonces. Hasta ahí no cabía duda alguna.
Universitario reclamó por considerar injusto que el campeón nacional se definiera dando una ponderación tan alta al torneo de reservas y pidió que se juegue un partido para definir al campeón de Primeros Equipos, cosa que Alianza aceptó, según se entiende, por una cuestión de recaudación de taquilla. Ya corría 1935, e inicialmente el partido no se jugó en la fecha establecida porque ambos equipos tenían a sus figuras de gira y lo oficial pasó a ser Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Desierto; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. En una fecha posterior, ya en julio de aquel año, el partido finalmente se jugó, lo ganaron los cremas por 2-1 y lo oficial se cambió a la siguiente forma Campeón Absoluto (o nacional): Alianza Lima; Campeón de Primeros Equipos: Universitario; y, Campeón de Reservas: Alianza Lima. Así se entendió entonces y por varios años hasta que en algún punto de la historia entre los años sesenta y setenta la prensa empezó a referirse a Universitario como campeón del 34, nadie reclamó y tanto es así que se asumió a los merengues campeones de dicho año que la FPF en su libro por sus 75 años oficializó el título de Universitario de 1934. Nadie reclamó entonces y hasta estos días en que el tema colorea las discusiones futboleras. Les cuento la historia lo más breve posible pero si quieren el detalle, lo pueden ver en diferentes webs como Dechalaca o Pase de Desprecio.
¿Qué reclama Alianza?
Alianza Lima reclama que se le reponga el título que le fue despojado. Efectivamente Alianza era el Campeón Nacional reconocido por la Liga y por un motivo inexplicable de pronto dejó de serlo en favor de Universitario. ¿Es justo? Parece que sí. Sin embargo, hay un tema que no se está considerando y es la indefinición que existe entorno de la retroactividad del campeonato que se disputó en ese partido extra en julio de 1935.
Alianza aceptó jugar ese partido extra tras el reclamo de Universitario para definir el Torneo de Primeros Equipos y finalmente lo perdió. Nunca se dijo que afectaba el Torneo Absoluto pero tampoco se especificó que no lo afectaba. Si las bases indicaban que el Absoluto se definía con la suma de los puntos de los Primeros Equipos, y luego de ese partido extra, ¿no le correspondería a Universitario sumar, finalmente, los puntos de dicho encuentro en el cómputo final del Absoluto? Es una pregunta suelta que los abogados podrían responder con asideros legales.
Diplomacia, señores
Se debe ser excesivamente cuidadoso para definir el tema. Sinceramente, no quisiera estar en los zapatos de quienes deben definir un caso que ocurrió hace ochenta años, mucho antes de que nacieran los jueces de la FPF que hoy se encuentran con este regalito de finales de verano. Tampoco aparece malo (por más que le llovieran la críticas) el esquive reciente de Manuel Burga ante el cuestionamiento; imagínese usted, lector, qué hubiera respondido si lo atolondran con este caso que no estaba en su agenda. No es nada sencillo y si toma parte por uno u otro antes de que se analice a profundidad, la patinada y posterior descalabro eran casi garantizados.
Los dos equipos tienen de dónde agarrarse y hay argumentos fuertes de ambas partes. Cualquiera sea la decisión que se tome dejará a uno con los crespos hechos y le dará qué hablar contra la Federación y sus actuales dirigentes que nada tuvieron que ver con la aparición del embrollo. No es por hacer la de Pilatos, pero declarar campeones a ambos podría ser una opción viable. Si había en aquel entonces un doble campeón de Primeros Equipos, ¿por qué no podía haber un doble campeón Absoluto? La figura se hace una opción a considerar porque los dos parecen tener razón y porque hay vacíos en las bases y acuerdos de entonces. De paso que se evitan posibles reacciones violentas, la U sigue buscando su estrella 27 y Alianza podrá jactarse de ser el único tetracampeón. ¿Qué tal? ¿No? #DigoNoMás
Diego del Rosario
@ElPelotero6
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