El Milan se juega esta tarde su clasificación a cuartos de final de la Champions League en cancha del Atlético de Madrid. Está abajo en el marcador y bajas son las esperanzas de cambiar la historia que tiene el rossonero. Fuera como el Milan de Arrigo Sacchi…
Cómo pasa el tiempo. Ayer no más este servidor era un chiquito que empezaba a ver fútbol y el primer equipo a nivel internacional que me enganchó fue el Milan de Arrigo Sacchi. Por supuesto que por aquel entonces no entendía de táctica pero cualquier neófito sabe cuando un equipo juega bonito (jugar bien es otra cosa) y era mi caso con ese cuadro milanista cuando aún ni había hecho la Primera Comunión. Baresi, Maldini, Donadoni, Rijkaard, Gullit y Van Basten eran mis favoritos (¿de quién no?) de ese fantástico equipo que armó don Arrigo.
Más adelante entendería que no solo jugaba bonito sino que también jugaba bien. La táctica empleada por ese equipo, la defensa en zona, la presión constante en cada sector del campo de juego, la trampa del fuera de juego, el uso óptimo de las bandas para defender y atacar eran las cartas de presentación de una escuadra que trabajó mucho para funcionar de un modo espléndido y que lo llevó a ganar un Scudetto, dos Copas de Europa, dos Copas Intercontinentales y dos Supercopas de Europa en cuatro años. Se dice que para lograr ese nivel de juego que lo identificó tan claramente hace 25 años, el cuadro milanista entrenaba ocho horas diarias, cuatro con pelota y otras cuatro sin ella.
En el Milan de hoy no hay una idea de juego, no hay identidad, ni hay prácticamente nada. De ninguna manera se me ocurriría plantear que no hay trabajo, pero es claro que Seedorf ni sus antecesores son Sacchi y que la gente que hay ahora no se compara a los monstruos de entonces. Una conjunción nefasta de incomprensión hace que un tipo inteligente, que sabe mucho de fútbol, como el holandés no logre hacer jugar como se esperaría a Kaká, a Balotelli, a… ¿alguien más? Creo que no. Una lástima pero este Milan debería irse de la Champions en pocas horas y frente a un equipo que hoy juega más o menos bien pero que históricamente no le llega ni a las suelas. Hoy por hoy, el Atlético de Madrid con su propuesta vistosa pero aún lejos de ser la mejor de Europa le lleva varios escalones de ventaja al equipo de Seedorf que se apoya en su camiseta solamente para darle vuelta a una serie que aparece como definida aún con lo estrecho del marcador parcial.
¿Dónde está el Milan? ¿Dónde está su orden? ¿Cuál es su idea de juego? ¿Dónde está la calidad de los jugadores? Varias preguntas y una sola respuesta: no sabemos. Ha perdido su documentación y aparece como un equipo más que anda paseando ilegalmente en octavos de final por Europa. Hoy sí entiendo de táctica y también aprecio el juego bonito; el Milán parece que no. Habrá que esperar a que apueste por una idea innovadora que lo saque del hoyo, como ocurrió con Sacchi hace tanto tiempo. Por ahora, no está para enganchar a nadie nuevo, solo queda ver con resignación cómo lo sacan de competencia también a nivel continental.
Cómo pasa el tiempo. Ayer no más este servidor era un chiquito que empezaba a ver fútbol y el primer equipo a nivel internacional que me enganchó fue el Milan de Arrigo Sacchi. Por supuesto que por aquel entonces no entendía de táctica pero cualquier neófito sabe cuando un equipo juega bonito (jugar bien es otra cosa) y era mi caso con ese cuadro milanista cuando aún ni había hecho la Primera Comunión. Baresi, Maldini, Donadoni, Rijkaard, Gullit y Van Basten eran mis favoritos (¿de quién no?) de ese fantástico equipo que armó don Arrigo.
Más adelante entendería que no solo jugaba bonito sino que también jugaba bien. La táctica empleada por ese equipo, la defensa en zona, la presión constante en cada sector del campo de juego, la trampa del fuera de juego, el uso óptimo de las bandas para defender y atacar eran las cartas de presentación de una escuadra que trabajó mucho para funcionar de un modo espléndido y que lo llevó a ganar un Scudetto, dos Copas de Europa, dos Copas Intercontinentales y dos Supercopas de Europa en cuatro años. Se dice que para lograr ese nivel de juego que lo identificó tan claramente hace 25 años, el cuadro milanista entrenaba ocho horas diarias, cuatro con pelota y otras cuatro sin ella.
En el Milan de hoy no hay una idea de juego, no hay identidad, ni hay prácticamente nada. De ninguna manera se me ocurriría plantear que no hay trabajo, pero es claro que Seedorf ni sus antecesores son Sacchi y que la gente que hay ahora no se compara a los monstruos de entonces. Una conjunción nefasta de incomprensión hace que un tipo inteligente, que sabe mucho de fútbol, como el holandés no logre hacer jugar como se esperaría a Kaká, a Balotelli, a… ¿alguien más? Creo que no. Una lástima pero este Milan debería irse de la Champions en pocas horas y frente a un equipo que hoy juega más o menos bien pero que históricamente no le llega ni a las suelas. Hoy por hoy, el Atlético de Madrid con su propuesta vistosa pero aún lejos de ser la mejor de Europa le lleva varios escalones de ventaja al equipo de Seedorf que se apoya en su camiseta solamente para darle vuelta a una serie que aparece como definida aún con lo estrecho del marcador parcial.
¿Dónde está el Milan? ¿Dónde está su orden? ¿Cuál es su idea de juego? ¿Dónde está la calidad de los jugadores? Varias preguntas y una sola respuesta: no sabemos. Ha perdido su documentación y aparece como un equipo más que anda paseando ilegalmente en octavos de final por Europa. Hoy sí entiendo de táctica y también aprecio el juego bonito; el Milán parece que no. Habrá que esperar a que apueste por una idea innovadora que lo saque del hoyo, como ocurrió con Sacchi hace tanto tiempo. Por ahora, no está para enganchar a nadie nuevo, solo queda ver con resignación cómo lo sacan de competencia también a nivel continental.
Diego del Rosario
@ElPelotero6
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