jueves, 27 de marzo de 2014

Las horas bajas de Murray

 
Tras su derrota en los cuartos de final del Masters 1000 de Miami ante Novak Djokovic, Andy Murray caerá al puesto número 8 del ranking este lunes, el más bajo en su carrera desde julio 2008.
 
Desde que ganó Wimbledon en julio del año pasado, Murray no ha jugado una final más. Es cierto que estuvo fuera del circuito de setiembre hasta el inicio de la actual temporada por una lesión en la espalda que requirió operación pero el nivel del escocés no ha vuelto a ser el mismo desde que conquistó el césped de Londres.
 
¿Cuánto puede cambiar la motivación de un jugador una vez que alcanza lo que tanto soñó? Obviamente suponemos que una de las metas de Murray es ser número 1 del mundo pero ganar Wimbledon era tal vez su más grande anhelo. Como se recuerda, hasta 2012 el británico pertenecía al grupo de los "grandes" junto con Nadal, Federer y Djokovic pero sin haber ganado un Grand Slam. Ese año se llevó el US Open y al siguiente Wimbledon.
 
Una vez que hizo 'check' en esos rubros parece que Murray perdió el foco y debe recuperarlo pues los otros tres jugadores que mencionamos no se cansan con ganar uno que otro Grand Slam, quieren conquistarlos todos, superarse a ellos mismos. Cuando Murray se coronó en Nueva York, su expresión fue más de alivio que de alegría.
 
Los logros del escocés llegaron con la incorporación del ex número 1 de mundo, Ivan Lendl, a su equipo. El checo le mejoró algunos golpes como la derecha pero también lo psicológico, al haber pasado él por exactamente la misma situación. Hace días anunciaron el término de la relación sin dar mayores explicaciones. No sabemos si hubo algún problema o si Murray solo está buscando algo nuevo.
 
Si bien en Miami perdió ante Djokovic, sus derrotas tras Wimbledon han llegado ante jugadores de menos ranking, como Ernests Gulbis, Florian Mayer, Marin Cilic, Grigor Dimitrov y Milos Raonic, entre otros. Esto demuestra que algo está fallando y parece un tema más mental que físico.
 
Murray necesita recuperar el hambre. La sensación de ganar Wimbledon debe haber sido asombrosa, pero tiene que mirar hacia adelante pues puede encontrar todavía mejores gustos.
 
Rossana Salazar
@rossanasp

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